miércoles, 23 de julio de 2008

Haciendo ciencia... todavía.

El título de esta entrada se refiere a una cita que hace Don Juan, y que se le atribuye a Teilhard de Chardin. En todo caso, a donde voy es que todavía este proyecto de tesis sigue adelante.

El año pasado tuve la secreta esperanza de entregar algo sencillo en septiembre y no se pudo. En diciembre no nos quisieron dar fecha. En Enero era insuficiente, en Marzo me autocensuré y por fin presenté el 30 de Junio. Yo tenía mis aprehensiones, porque ya había visto el tenor de los trabajos de tesis de Ingeniería Forestal de mis compañeros, además de haber leído rumas de otras tesis.

¿Qué fue lo que pasó? bueno, Don Juan me había propuesto presentar el tema como una residencia, porque en ese formato existe una libertad mucho más amplia, además de una serie de concesiones que uno no se puede dar con una tesis. Es por eso que se presentó con formato de "Residencia".

Resulta que al exponer, la audiencia esperaba un informe de residencia como suele ser un inform de residencia de ingeniería forestal, mostrando resultados numéricos. Pero, al encontrarse con todo un trabajo descriptivo, narrativo y con propuestas sólidas justificadas en hechos pero no en cifras, cayeron en optar por lo fácil: "No se puede aprobar un trabajo de ingeniería que carezca de números". Créanme que sólo Dios sabe cómo me pude mantener en pie, porque cuando miraba hacia atrás y recordaba toda la explicación que me daban, yo sentía ganas de llorar, pero en el momento en que todo transcurrió, estuve completamente sereno y de una pieza. Créanme que ver las caras de la comisión dando explicaciones extrañas eran bastante dispares, porque se notaba que había un par que no había comprendido nada de todo mi trabajo, otros con cara de descepción y Don Juan, con cara de rabia porque a él le había fascinado nuestro proceso, en el cual ambos habíamos aprendido muchas cosas y que redunda en un gran aporte para ambos, pero que el resto de la comisión no estaba respetando el formato de Residencia. Con poca convicción Don Juan trataba de explicarme que faltaban números. Esa interpretación de su lenguaje no verbal fue corroborada luego al contarme la polémica sucitada dentro de la sala en el momento de calificarme, puesto que él me había calificado con distinción, mientras que el resto de la comisión se negaba a calificar un trabajo así. Tras ver mi promedio de notas, que no era malo pero tampoco era excelente, y además pensar un poco fríamente lo interesante que era el tema, decidieron darme una nueva oportunidad, para agregar números, cifras, decimales, porcentajes y fraccionales a mi trabajo, para poder exponerlo más tarde ante una nueva conformación de la comisión.

Al día siguiente, Don Juan presentó su renuncia a mi tema, porque no podía trabajar con estos "trogloditas". Para los que no sepan, Don Juan es uno de los dos profesores eméritos de la facultad, título que le da mucho peso a sus opiniones. Al conversar con él luego de su decisión, me contaba que ésa era una pataleta para mostrar tu desacuerdo frente a la situación , pero que en verdad seguiría tranbajando conmigo a pesar de las asesorías que me prestaran los profesores del departamento de forestal.

De este mal rato ha pasado casi un mes, y Don Juan todavía recuerda con rabia la reacción de la comisión. Le dolió hasta el alma el haber sido cuestionado en su criterio de selección y calificación. Y todavía me sigue brindando su apoyo, cosa que realmente valoro.

Lo que queda para adelante es seguir poniéndole cifras a las entrevistas que realicé durante la investigación de los productores de juguetes, convertirlos en gráficos, interpretarlos y "shao!".

Qué pasa con la sociología detrás del cuento?... y con los puestos de trabajo?... y las clasificaciones de talleres?... el diseño de los talleres?... la silvicultura?... el uso múltiple?... son cosas en las que tendré que pensar cuando yo sea profesor emérito de la facultad.

El corolario de la situación me lo dio el profe informante: "Para poder exponer una trabajo como el tuyo, tú tendrías que haber sido Juan Gastó". Con eso se refería a que me faltan años de circo (muchos años de circo), y que Don Juan también había escrito libros técnicos muy llenos de cifras, pero que ya tras años de trabajo y de lecturas en el mismo ámbito ya podía darse el lujo de hacer una reflexión sistemática y elevada con respecto a los temas agroforestales.

Creo que ese ha sido todo el descargo y ahora me siento mejor.

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